jueves, 16 de julio de 2009

Oi Cianti




La mula blanca, como toda fémina que se precie, tiene sus mas y sus menos con los seres vivos de su mismo género... y hasta aquí voy a leer.
Ya estamos en el Fuji, muy agustito, en un Ryokan típico, con Jacuzzi, Kimono, té y maravillas varias. Están siendo días muy intensos, de comida típica (raciones muy ricas a la par que escasas), paseos a todo trapo y cervezas a cholón.
Me dice mi querida mula: ¿por qué no les pones una foto del moñeco? Dicho y hecho... atiende:

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